Doña Susana y su nieta Andrea se graduaron de bachilleres

Doña Susana y su nieta Andrea se graduaron de bachilleres

María Susana Sánchez, de 71 años, y su nieta Ruth Andrea Morales, de 18, se acaban de graduar como bachilleres del colegio Sierra Morena, de la localidad de Ciudad Bolívar.

Doña Susana, como la llaman sus jóvenes compañeros, llegó al colegio IED Cundinamarca acompañada de su nieta, vestida de rosado y apoderada de los nervios. Aquel día las dos recibieron su diploma de bachiller del colegio Sierra Morena, después de años de esfuerzo y dedicación.

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Doña Susana sintió una mezcla de emociones entre nervios y felicidad. Después de muchos años por fin podría decir que era bachiller y, lo más importante aún, que el diploma lo recibiría junto a su amada nieta Ruth Andrea. “Ya saqué mi niña y de paso salí yo también”.

Hace pocos meses Andrea decidió salir del hogar en el que vivía con su madre y abuela, pues, con su adolescencia a flor de piel, sentía enormes ganas de explorar mundos que su madre no le permitía. Y aunque hace 3 meses vive con su padre, no es del todo capaz de soltar el nido de sus amadas mujeres… las visita casi a diario pues han sido quienes la han guiado hasta el día de hoy.

Aunque siempre tuvo claro que no podía dejar el estudio de lado, Andrea no lograba encontrar la motivación necesaria para avanzar. Entonces encontró el camino para sacarla adelante.

La propuesta se la hizo en el 2019. “Yo le dije a ella: Mami, ¿cómo se siente para que nosotras nos matriculemos y estudiemos juntas el bachillerato? Y me dijo, ¡Si claro abuela, vamos! Entonces nos sacaron la cita para matricularnos y aquí estamos”. Así de fuerte es la unión entre abuela y nieta.

Tuvieron un año de presencialidad y luego, durante la pandemia, se seguían apoyando con las materias, tanto en las que se sentían fuertes como en matemáticas e inglés que les generaban dificultades.

Para doña Susana ser parte de la institución y una estudiante de bachiller no fue nada fácil al comienzo. “Me sentía mal, porque en mi salón la única adulta mayor era yo”.

Pero el tiempo fue sabio y poco a poco doña Susana se adaptó a sus compañeros y ellos a ella. Se convirtieron en “compinches” y hacían trabajos juntos, se apoyaban y “a veces hasta salían conmigo del colegio y me acompañaban a la casa cuando mi nieta no podía hacerlo”.

Andrea, a pesar de su rebeldía adolescente, sentía una enorme satisfacción y alivio al tener a su abuela al lado, por eso le dijo: “si usted no se mete, yo tampoco”. Doña Susana se convirtió entonces en su compañera y aliada número 1 a la hora de estudiar y sacar el bachillerato adelante. Además, pasó de ser conocida como la abuela a ser la amiga de todo el salón. “Con mi abuela todos son uña y mugre, todos mantienen pendientes y tienen que ver con doña Susana”.

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Hubo materias que al comienzo le ‘sacaron canas’ a la señora Susana, como diseño empresarial. Fue muy difícil e incluso reconoce haber llorado al no poder entender. Sin embargo, también con enorme alegría, expresa lo agradecida que está por haber podido tener excelentes docentes. “Tuve un equipo de profesores que me dedicaban mucho tiempo para explicarme las materias. En especial mi profesor de sociales porque gracias a sus buenos ejemplos entendía todo muy bien”.

Con 71 años, doña Susana se convirtió en gran ejemplo para sus compañeros y para todos aquellos que creen que es tarde para cumplir sueños o que la edad es un impedimento.  

“Fue una muy bonita experiencia. Yo únicamente había estudiado hasta mi quinto de primaria en un colegio con monjas en Boquerón. Entonces esto fue una experiencia muy bonita porque pude estudiar con mis compañeros y puedo decir que pude hacer las cosas igual que ellos. Yo me sentí capaz de hacer las actividades y eso fue muy bonito.”

Doña Susana, después de un tiempo dejó los nervios al lado y junto a sus compañeros caminó con su toga y birrete para recibir con su nieta, el diploma de bachiller.  

¡La educación en primer lugar!