Comprende el trabajo creativo y sistemático realizado con el objetivo de aumentar el volumen de conocimiento (incluyendo el conocimiento de la humanidad, la cultura y la sociedad) y concebir nuevas aplicaciones a partir del conocimiento disponible. La I+D siempre está enfocada hacia nuevos hallazgos, basándose en conceptos originales (y su interpretación) o hipótesis. Para que una actividad se considere I+D, debe cumplir con cinco criterios básicos: Novedosa, Creativa, Incierta, Sistemática y Transferible y/o reproducible (Manual de Frascati, 2015).